El Instituto Peruano de Economía (IPE) proyectó para este año una exportación de oro ilegal de más de US$ 11 mil millones, con lo cual podría equiparar las exportaciones de las empresas formales. Un escenario de mucho riesgo por las consecuencias políticas y sociales para el país que se alista para sobrellevar dos procesos electorales durante el año 2026, los cuales podrían cambiar la configuración del manejo del poder en la sociedad peruana.
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Así lo considera el director de compañía de Minas Buenaventura, Raúl Benavides, sobre los peligros que representa esta economía ilegal en un escenario de elecciones.
“Cuando tú hablas de que hay, según el IPE de 11.000 millones de dólares anuales en oro que se genera de la minería ilegal, estamos hablando de cifras mayores y cifras probablemente no bancarizadas. Eso siempre tiene el peligro de terminar financiando políticos y campañas con intereses oscuros”, sostuvo en diálogo con El Tiempo.
Tomando como referencia el año 2019, la exportación de oro legal solo se han duplicado mientras que la salida al exterior del mineral de procedencia ilegal, se ha multiplicado por cuatro veces lo que equivale entre 105 a 115 toneladas de oro.
De seguir la tendencia al cierre de este año sería la primera vez que los mineros ilegales superen en ventas a los formales.
Benavides llegó a Piura para participar del desayuno empresarial denominado: “Buenaventura: 72 años haciendo más que minería” organizado por la Cámara de Comercio y Producción (Camco) en alianza con la Compañía de Minas Buenaventura.
En otro momento, el empresario del rubro minero consideró que la minería ilegal no solo atenta contra el medio ambiente sino en la calidad de vida de las comunidades.
“No pueden estar contaminando de la forma como contaminan y no podemos tener a gente trabajando en condiciones infrahumanas. Eso no lo podemos admitir. Estamos hablando de que lo que se pretende es estar por encima de la ley, por encima de la Constitución, ya la presidenta del Tribunal Constitucional dijo que esto pareciera ser una licencia para matar. Tenemos dinamita que fluye por todas las bodegas. Tenemos que controlar eso. Olvídese del resto, acá lo que se trata es de defender a las personas y al medio ambiente”, sostuvo el empresario minero.
En este contexto, Benavides consideró que el avance de este fenómeno y las trabas del mismo Estado también hacen casi imposible el desarrollo de la minería formal en pequeña escala en el territorio nacional.
“Se le ha puesto tantos trámites, tantas licencias y tantas restricciones que realmente hace que la pequeña minería formal en el Perú casi haya desaparecido”, sostuvo.
Temor
De otro lado, Benavides consideró que el avance de los mineros ilegales en el país también se debe a la oposición de diversos sectores al desarrollo de los proyectos formales.
“Ha sido muy productivo para los políticos el oponerse a la minería. Lo tenemos en Cajamarca ahora con ejemplos clarísimos. Eso ha determinado pues que haya minería ilegal, que esté contaminando ríos. Se ha generado mucho miedo diciendo que ya no iba a ver limones, que no íbamos a poder tener ceviche porque este iba a haber una mina. La verdad es que se ha jugado con miedos en la población de una manera realmente criminal”, aseveró Benavides.
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