En medio de las continuas crisis que vive el país, poco se ha dicho y analizado sobre cómo funcionará el nuevo Congreso que se elegirá en abril del 2026. A pesar de una inevitable segunda vuelta por la presidencia, el nuevo Legislativo quedará definido en esa fecha entre las 43 fuerzas políticas que se lograron inscribir.
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Cabe indicar que desde el año pasado, el Legislativo aprobó una reforma integral de más 50 artículos de la Constitución para volver al sistema bicameral con 190 legisladores repartidos en la Cámara de Senadores (60 miembros) y la Cámara de Diputados (130 integrantes).
Se regresa al anterior sistema que existía antes del autogolpe del expresidente Alberto Fujimori del 5 de abril de 1992. Desde esa fecha se estableció un Congreso como el que tenemos hasta ahora con una cámara única de 130 parlamentarios.
En teoría, el sistema bicameral permite la aprobación de leyes con mayor consenso y discusión, evitando las normas express. Bajo este modelo, los diputados elaboran los proyectos los proyectos y los senadores revisan antes de su aprobación.
Sin embargo, esa noción está lejos de la realidad. De acuerdo al politólogo Alejandro Boyco, se ha creado un ‘Súper Senado’ con poder para rehacer leyes aprobadas por los diputados o archivarlas sin mayor debate.
«Han creado un ‘súper-Senado’ con capacidad unilateral para modificar el contenido de las leyes aprobadas por la cámara baja, sin dar espacio a que los diputados respondan o evalúen estos cambios. Con esta medida se esfuman los supuestos beneficios de mayor deliberación y búsqueda de consensos que nos prometieron al incrementar la cantidad de congresistas. Se concentra la decisión final en muy pocas manos, que sin duda tendrán las mismas carencias y problemas que caracterizan hoy a nuestros parlamentarios», consideró.
Sin consenso
De otro lado, el especialista señala que no existe un real contrapeso de poderes al interior del nuevo Congreso de dos cámaras, a diferencia de otros países, en los cuales los diputados pueden responder a las observaciones de los senadores y conformar comisiones para discutir los puntos en controversia.
«Las Constituciones de Chile, Argentina, Bolivia, Uruguay, Colombia y México […] exigen que la cámara de origen revise los cambios legislativos hechos por la segunda cámara. De existir discrepancias, los mecanismos de solución disponibles según cada país incluyen la creación de “comisiones conciliadoras” para limar las diferencias, la promulgación de los artículos sobre los que sí hay consenso, o enfrentar a las cámaras hasta que alguna consiga un umbral mayor de votos e insista con su propuesta», precisa el politólogo.
En cambio en nuestro país, no existiría un mecanismo claro sobre cómo refutar las decisiones del Senado sobre las leyes que le envíen los diputados.
¿Cómo se elegirán?
De otro lado, la abogada y especialista en temas electorales, Silvia Guevara Pérez, explica la modalidad de elección de diputados y senadores.
«El voto preferencial para las elecciones generales 2026 (EG2026) aplicará para Senado Distrito Nacional, Senado Distrito Múltiple, Diputados y Parlamento Andino. Cabe precisar que este mecanismo será de uso doble para todas las elecciones mencionadas a excepción de Senado Distrito Múltiple, donde solo habrá un voto preferencial en todas las circunscripciones electorales, con la salvedad que en Lima Metropolitana si tendrá doble voto preferencial en esa elección en específico», sostiene.
Agrega que esto aplicaría también en las elecciones a diputados cuando en los distritos electorales se asigne un solo escaño, que anteriormente era caso de Madre de Dios, pero ahora ya no debido a que tendrá 2 escaños a partir de las Elecciones Generales 2026.
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