Tras la insistencia de los pobladores, agricultores y las autoridades, el Gobierno declaró en estado de emergencia a la región Piura por la crisis hídrica. La situación crítica obligó a las autoridades a decidir entre brindar el líquido elemento a los agricultores o agua potable a la ciudadanía de las provincias de Piura, Talara, Sullana, Sechura y Paita.
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En conferencia de prensa, tras la reunión del Consejo, El premier Gustavo Adrianzén precisó que el decreto aprobado comprende 34 distritos y siete provincias de la región Piura. Añadió que es una medida adoptada por un “peligro inminente” debido a la escasez de agua en dicha región.
“Esta declaratoria de estado de emergencia la dictamos por un déficit hídrico. Hay un peligro inminente y por eso tenemos que reaccionar nosotros con prontitud para aliviar este problema”, indicó el jefe del Gabinete Ministerial.
En dos semanas se dará agua de pozos a la población
Ante la escasez de agua, el viceministro del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Christian Barrantes que los nuevos equipos para los pozos San Martín y Micaela Bastidas comenzarán a operar en noviembre, junto con la rehabilitación del pozo Buenos Aires, tras una inversión de 700 mil soles. Se espera aumentar el suministro en 115 litros por segundo.
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“Tres pozos inmediatamente se van a rehabilitar porque ya se han adquirido los implementos. En las próximas dos semanas vamos a tener operativos estos pozos y posteriormente se habilitarán más pozos. Podemos asegurar que habrá abastecimiento de agua potable en el corto plazo”, expresó.
Venden baldes de agua hasta por 200 soles
La crisis hídrica también dio oportunidad paras que personas se aprovechen de la necesidad por el agua y ofrezcan baldes de agua a precios exorbitantes. Estas personas recorren las zonas afectadas en mototaxis y furgonetas vendiendo agua desde S/1 por un balde de 20 litros hasta S/200 por llenar un tanque elevado.
El agua es extraída de algunas empresas con pozos tubulares como la que está ubicada frente a un conocido hotel en Castilla. Aunque una cisterna de 1.1 metros cúbicos tiene un precio de S/50, muchos residentes reciben agua turbia, por lo que deben tratarla en casa con cloro.
“Hemos llegado a este extremo por autoridades incompetentes; los aguateros sacan agua de donde sea”, señala Zaruska Suárez, moradora afectada.