El Museo del Louvre reabrió sus puertas este miércoles luego del impresionante robo de ocho joyas históricas, valoradas en más de 100 millones de dólares, ocurrido el pasado domingo en la galería de Apolo. El hecho ha generado una fuerte polémica sobre las medidas de seguridad en los museos franceses y ha motivado al presidente Emmanuel Macron a ordenar un refuerzo inmediato de los protocolos de vigilancia.
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El atraco, que duró apenas ocho minutos, fue ejecutado por un grupo de cuatro delincuentes que, según las autoridades, actuaron con precisión y conocimiento del lugar. Durante la operación, los asaltantes utilizaron un montacargas para acceder a uno de los balcones del museo. Dos de ellos ascendieron y, con ayuda de una sierra radial, ingresaron al recinto a través de una ventana.
Entre las piezas sustraídas se encuentran una diadema de perlas perteneciente a la emperatriz Eugenia y un conjunto de collar y pendientes de zafiros de la reina María Amelia. En su huida, los delincuentes abandonaron una de las joyas, una corona, que fue recuperada por las autoridades en las inmediaciones del museo.
Macron ordena reforzar la seguridad
Ante la magnitud del robo y la conmoción pública, el presidente Emmanuel Macron pidió acelerar la implementación de nuevas medidas de seguridad. “El presidente indicó que se estaban reforzando los sistemas de protección en el Louvre y pidió hacerlo con la mayor rapidez posible”, señaló Maud Bergeon, vocera del Gobierno francés.
El Louvre, considerado el museo más visitado del mundo, recibió el año pasado cerca de nueve millones de visitantes, el 80% de ellos extranjeros. El reciente robo ha encendido las alarmas sobre la vulnerabilidad de sus instalaciones y la necesidad de modernizar los sistemas de seguridad para proteger su valioso patrimonio artístico e histórico.
Una investigación en marcha
El ministro del Interior, Laurent Nuñez, confirmó que “más de un centenar de investigadores” se encuentran movilizados para esclarecer el caso. En declaraciones a los medios franceses CNews y Europe 1, el funcionario aseguró que la investigación “avanza con buen ritmo” y que las autoridades trabajan con diversas hipótesis para identificar a los responsables.
Los detalles que se han conocido hasta ahora apuntan a una planificación meticulosa. Según la fiscal de París, Laure Beccuau, los delincuentes obtuvieron el montacargas a través de un “seudoalquiler para una supuesta mudanza”. Cuando un empleado de la empresa de alquiler acudió al lugar, se encontró con “dos hombres amenazantes”, aunque no se registraron actos de violencia.
Beccuau informó además que el servicio de conservación del Louvre estimó las pérdidas en 88 millones de euros, equivalentes a unos 102 millones de dólares. “Se trata de una suma extremadamente espectacular, aunque no comparable con daños de tipo histórico o patrimonial irreparable”, lamentó.
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Un golpe que reaviva el debate sobre la seguridad
El audaz robo ha desatado un amplio debate en Francia sobre la seguridad en los museos nacionales, muchos de los cuales albergan colecciones de valor incalculable. Expertos en patrimonio y exfuncionarios del Ministerio de Cultura han advertido que la falta de inversión en sistemas tecnológicos y personal de vigilancia podría estar exponiendo a los museos a riesgos cada vez mayores.











