Un equipo de investigadores de la Universidad de California, en colaboración con instituciones como el Memorial Sloan Kettering de Nueva York y el MD Anderson de Texas, ha desarrollado una vacuna experimental que podría transformar el tratamiento de dos de los tipos de cáncer más agresivos: el de páncreas y el colorrectal.
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Los resultados iniciales de un ensayo clínico de fase 1, publicados en la revista Nature Medicine, muestran que esta terapia logró prolongar el tiempo sin recaídas en pacientes que ya habían completado los tratamientos convencionales.
La vacuna, denominada ELI-002 2P, ha sido diseñada para activar el sistema inmunitario frente a mutaciones específicas del gen KRAS, presentes en aproximadamente el 90% de los cánceres pancreáticos y en un tercio de los colorrectales. A diferencia de otras inmunoterapias, no requiere personalización, ya que se produce de forma masiva y puede aplicarse a cualquier paciente con estas mutaciones.
En el ensayo participaron 25 personas: 20 con cáncer de páncreas y 5 con cáncer colorrectal. Todos habían pasado por cirugía y quimioterapia, pero aún presentaban restos microscópicos de tumor en sangre. Tras un seguimiento medio de 20 meses, el 68% desarrolló una respuesta inmunitaria sólida, con linfocitos T capaces de identificar y destruir las células cancerígenas. Quienes tuvieron respuestas más potentes vivieron más tiempo y permanecieron libres de recaídas durante más meses que aquellos con una reacción más débil.
Uno de los aspectos más innovadores de la vacuna es su mecanismo de acción. Utiliza la estrategia conocida como “autoestopista inmunológico”, que consiste en unirse a la albúmina, la proteína más abundante en la sangre, para viajar directamente a los ganglios linfáticos, donde se activan y entrenan las células defensivas. Este método, ideado por el inmunólogo Darrell Irvine del MIT, ha demostrado en estudios con animales multiplicar por 30 la eficacia de la respuesta inmunitaria.
Aunque los resultados son todavía preliminares, especialistas como el gastroenterólogo Enrique de Madaria destacan que es la primera vacuna dirigida contra mutaciones KRAS que logra un beneficio tan notable en el cáncer de páncreas. Según los datos históricos, los pacientes vacunados permanecieron sin recaídas una media de 15 meses más de lo habitual.
Actualmente, la ELI-002 2P está en fase 2 de ensayos clínicos, con un diseño aleatorizado que amplía el número de mutaciones KRAS objetivo de 2 a 7. Si las próximas fases confirman los resultados, esta vacuna podría abrir una nueva vía de tratamiento para tumores que hasta ahora contaban con opciones muy limitadas.
Otro avance: frenar la metástasis del cáncer de páncreas
En paralelo, investigadoras del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón han logrado detener la metástasis del cáncer de páncreas en un estudio experimental que actúa sobre una proteína clave en el desarrollo tumoral: la PRAR-delta.
Esta proteína funciona como un sensor metabólico, permitiendo que las células malignas se adapten a entornos con baja disponibilidad de oxígeno y nutrientes, lo que favorece la formación y expansión de metástasis. Al interferir en su actividad, las científicas han conseguido bloquear este proceso, abriendo así la puerta a nuevas estrategias para frenar la progresión de la enfermedad.











