COVID-19: Cien días de aprendizaje
julio 1, 2020
Autor: Victor Palacios

Compartir:

Han transcurrido 108 días de aislamiento obligatorio y el coronavirus no se ha ido como muchos lo desean. Sigue latente en las calles, mercados y locales atiborrados de personas. ¿De qué sirvió entonces la cuarentena y el famoso martillo de Martín Vizcarra?… tal vez nos permitió ganar algo de tiempo, pero también nos dejó algunas enseñanzas positivas. Una de ellas es que la población aprendió a cuidarse mejor y el Estado por fin puso la mirada en el obsoleto sistema de salud, al cual inyectó recursos y empezó a mejorarlo, con remiendos, pero es un buen comienzo.

Lo cierto es que en estos cien últimos días se le fue la vida al gobierno luchando por mantener encerrados a más de 30 millones de peruanos, pero aun así, perdimos la vida de más de 8 mil personas (sin contar que pueden ser el doble, según los sub-registros de mortandad en el país). El martillazo de Vizcarra fue insuficiente para contener a ese 70% de familias que viven de la informalidad. Esto nos colocó entre los tres países de Latinoamérica con más números de muertos, pese a que iniciamos antes que otros países la cuarentena.

Hoy en esta etapa de lucha contra el coronavirus, debemos reconocer que algunas medidas gubernamentales se hicieron y aplicaron mal desde el inicio. Una de ellas fue el de estigmatizar a la población de escasos recursos económicos por salir a las calles a trabajar, cuando eso es su sostén diario. Otro error que cometido, y que esperamos mejore en lo que queda del año, es la capacidad de comunicación del gobierno de Vizcarra. No se sinceró con las cifras de fallecidos; ni tampoco en el número de respiradores y camas disponibles que hay en los hospitales.

Pareciera que ni el ministro de Salud conoce a ciencia cierta la realidad de los nosocomios. La incertidumbre era obvia, mientras los funcionarios estatales daban cifras esperanzadoras de camas disponibles, en los hospitales no recibían a los pacientes porque no había capacidad para atenderlos. Eso generó confusión y creó desconfianza en los anuncios oficiales.

Otro error de esta emergencia fue el reducir los horarios de atención en la banca y financieras. Por un lado se crean beneficios y bonos para la población, pero se les restringe las horas en que podían cobrar. El resultado fueron los miles de infectados que salieron “premiados” a la hora de cobrar los bonos. Igual pasó con las restricciones en el comercio y supermercados.

También se falló al apagar la economía en el país. Se cerraron las exportaciones, mientras los países vecinos seguían haciéndolo; se apostó por la vida cerrando los negocios y empresas exportadoras, pero eso no fue suficiente. Los resultados del martillazo no fue lo esperado. Las cifras lo dicen todo.

Esperamos que en estos 108 días hayamos aprendido a encarar esta pandemia, sin poner en riesgo la vida y sin bajarle las llantas a nuestra economía. Vida y economía, en el Perú, ya nos dimos cuenta, están amarradas fuertemente. El equilibrio con que se le maneje depende el éxito en la lucha contra esta pandemia.

Más populares
[imagen_perfil_autor]
Victor Palacios
Editor web de El Tiempo y La Hora. Periodista y fundador del equipo digital del diario El Tiempo. Comunicador con experiencia en Marketing Digital, Data Analyst, SEO, Web Design, Email Marketing e Ecommerce.
[linkedin_autor]