El conflicto en Oriente ha alcanzado un nuevo nivel de tensión tras el reciente ingreso del ejército de Israel en el sur de Líbano, lo que ha desencadenado un contraataque por parte de la milicia chií Hezbolá en territorio israelí. La situación, que ha generado preocupaciones sobre la escalada de violencia, ha captado la atención internacional y ha llevado a múltiples reacciones de gobiernos y organizaciones.
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¿Qué ocurrió en el sur de Líbano?
El ejército israelí inició «incursiones terrestres limitadas, localizadas y selectivas» en el sur del Líbano, específicamente en áreas cercanas a la frontera. Según las autoridades israelíes, estas operaciones tienen como objetivo atacar infraestructuras y objetivos asociados a Hezbolá, basándose en información precisa sobre sus actividades. El portavoz del ejército, Avichay Adraee, advirtió a la población civil sobre los «intensos combates» y les instó a mantenerse alejados de las zonas de conflicto.

¿Cuáles son los objetivos de Israel en Líbano?
Israel justifica su operación militar argumentando que Hezbolá ha convertido las localidades libanesas cercanas a su frontera en bases militares desde donde planean ataques. Según el ejército israelí, existe un riesgo de un ataque similar al que llevó a cabo Hamás el 7 de octubre del año pasado, que resultó en un elevado número de víctimas y secuestros.
¿Qué respuesta ha dado Hezbolá?
Hezbolá ha respondido a las incursiones israelíes lanzando cohetes y ataques de artillería contra posiciones israelíes. Este martes, la milicia chií afirmó haber alcanzado varios objetivos en la localidad de Metula, situada en el norte de Israel, y también reportó disparos de cohetes de largo alcance hacia instalaciones de inteligencia israelíes.
¿Qué tipo de ataques ha realizado Hezbolá?
Los ataques incluyen el uso de cohetes ‘Fadi-4’, que han llegado a impactar en una base de la inteligencia israelí y en una sede del Mossad, lo que marca un escalón significativo en la capacidad ofensiva de Hezbolá. Estos ataques se han realizado en un corto lapso de tiempo, lo que ha generado un ambiente de incertidumbre y alerta en la región.
Ante la escalada de violencia, el ejército israelí ha emitido una serie de advertencias a la población civil en varias localidades, pidiendo la evacuación de áreas cercanas a la frontera y sugiriendo que se mantengan alejados de la zona sur del río Litani. Esta medida busca proteger a los civiles en un contexto de «intensos combates».
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¿Cómo ha reaccionado la comunidad internacional?
La respuesta de la comunidad internacional ha sido variada. La misión de la ONU en Líbano ha expresado su preocupación y ha instado a que se aproveche cualquier oportunidad diplomática para frenar el conflicto. Además, Rusia y Turquía han condenado las acciones israelíes, considerándolas como una expansión del conflicto en Oriente que podría llevar a una mayor desestabilización de la región.
¿Qué dice el gobierno libanés sobre la situación?
Hasta el momento, el gobierno libanés se ha mantenido en un silencio cauteloso respecto a la invasión israelí. Sin embargo, el ejército libanés ha negado informes sobre una retirada de la zona fronteriza, afirmando que se están reposicionando algunas unidades en áreas de responsabilidad designadas.
La población civil en las áreas afectadas enfrenta una creciente incertidumbre y miedo. La evacuación de localidades y las continuas advertencias sobre el peligro de bombardeos y ataques hacen que la situación sea insostenible para muchas familias. La comunidad internacional sigue de cerca el desarrollo de los acontecimientos, esperando que se logre una solución pacífica.
Con el aumento de las hostilidades entre Israel y Hezbolá, el futuro del conflicto en Oriente se ve cada vez más incierto. Las tensiones que ya existían en la región se han exacerbado, y las acciones militares continúan generando un clima de inestabilidad. La comunidad internacional observa con preocupación, esperando que se produzcan esfuerzos diplomáticos que permitan desescalar la situación y restaurar la paz en la región.
Las potencias mundiales, incluyendo Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea, han mostrado interés en cómo se desarrollará el conflicto. Sus posturas y acciones en las próximas semanas podrían influir significativamente en la dirección del conflicto y en las posibles negociaciones futuras.











