Con la llegada de las vacunas y el repliegue de casos de Covid-19, muchos piuranos han bajado la guardia. Hoy es normal volver a ver fiestas por todos lados; reuniones amicales, encuentros deportivos y hasta noches de cines.
Los restaurantes están llenos y las bodas, quinceañeros, bautizos, etc., aplazados por la pandemia, se festejan como si aquí no hubiera pasado nada.
Lo que quizás muchos ignorar inconscientemente es que el virus no se ha ido, sigue aquí, mutando y fortaleciéndose como lo es la variante delta, altamente agresiva y contagiosa y que al menor descuido nos puede llevar a una tercera ola de incalculables consecuencias para la vida de las personas, como lo advierte el ministro de Salud, Hernando Cevallos.
Se comprende las ganas de vivir la vida, celebrar y disfrutar de los paseos, pero de lo que no debemos olvidar es que la humanidad no ha derrotado al coronavirus aún, pues hasta las vacunas son solo un refuerzo, no nos hace inmunes; por ello, es conveniente evitar concentraciones de personas y mantener rigurosamente el protocolo de bioseguridad; aún no hay motivos para festejar.