Las protestas, bloqueos y el vandalismo desatado en algunas regiones se veía venir hace algunos meses atrás porque el “pueblo” -del que habla siempre el presidente Pedro Castillo-, no entiende de razones políticas ni mucho menos de precios internacionales; a ese “pueblo” solo le preocupa que hoy cuando va a los mercados la plata no le alcanza y de eso responsabilizan al gobierno.

En algo tienen razón. Si bien los precios se han disparado por el alza del combustible a causa de la guerra entre Rusia y Ucrania, el pecado del gobierno de Castillo ha sido su indiferencia y la falta de reacción frente a nuevos escenarios internacionales; confirmando con ello que llegaron al poder por casualidad, improvisando y sin brújula que guíe su curso.

En ese contexto, los peruanos sienten que al gobierno y Congreso no les interesa la crisis económica salvo su propia supervivencia política; Castillo esquivando balas de vacancia e intentando copar al Estado, junto a Vladimir Cerrón, mientras la pretensión del Congreso es sacarse del camino y a cualquier costo a Castillo. La paralización y la violencia en las calles son un reflejo de ese hartazgo del “pueblo” de Castillo.