Como si no fuera suficiente con el daño causado por la pandemia a las familias piuranas que han visto disminuir o desaparecer sus ingresos y tienen familiares infectados con COVID-19, desde hace días deben enfrentar un tercer enemigo implacable: la especulación y escasez de medicamentos.
No importa la urgencia con que busquen los fármacos contra el virus, en las numerosas farmacias la respuesta es no hay. Con suerte, en algunas boticas “populares” se les vende el mismo medicamento con sobreprecio. En las farmacias de cadenas, la odisea incluye una cola interminable, y en el mejor de los casos es el mismo producto en su versión comercial.
Mientras aumenta la preocupación en los pacientes que ven agravar su salud y la tensión por parte de sus familiares, la Dirección General de Medicamentos brilla por su ausencia. Cuando los sufridos usuarios más necesitan de la protección del Estado ante estos abusos, los fiscalizadores simplemente brillan por su ausencia.
La nueva ley de medicamentos genéricos es letra muerta. Todo parece indicar que a diferencia de otras regiones, en Piura aún no hemos llegado al pico del contagio. Para el doctor Elmer Huerta, los piuranos alcanzaríamos la cumbre para dar paso a la esperada meseta, entre el 23 de mayo y el 1 de junio.
Ante este sombrío panorama, especialistas consultados por este diario, proponen medidas urgentes como la intervención de la Digemid, que la sociedad civil vía redes sociales presione para que se dé a Piura un trato excepcional. El Colegio Médico ha pedido se declare zonas de desastre a las regiones con más alta letalidad, entre estas Piura. Las autoridades regionales y locales deben ponerse a trabajar al ritmo que la emergencia apremia.
No hay tiempo para las discrepancias. Los miles de infectados, muchos de ellos con riesgo grave de perder la vida, los necesitan, nos exigen a los ciudadanos sumarnos, hacer un esfuerzo adicional para superar esta crítica etapa. Juntos, como lo hicimos en el Niño del 83, si nos organizamos, sí podemos obligar al Gobierno a darle a Piura el trato diferencia que merece: oxígeno, camas y especialistas de refuerzo para todos los hospitales, fin a la especulación de medicinas, fortalecimiento del primer nivel de atención.