Como era de esperarse, y demostrando su mayúscula falta de idoneidad para un cargo de tanta especialización como el de ministro del Ambiente, lo primero que ha dicho el señor Wilber Supo sobre el derrame en Ventanilla sancionado con el cierre de La Pampilla, y el consiguiente riesgo para el abastecimiento de combustible en el país; es que “se debe exigir la salida de Repsol del Perú”.
Reconsiderar a la brevedad posible la designación de este señor, tal como se lo ha pedido Defensoría del Pueblo, es un paso urgente y necesario del Gobierno para defender al país de la grave crisis generada no solo a partir del derrame más grave de la historia, sino ante la larga lista de problemas del país en materia ambiental como el cambio climático, el avance de la tala y minería ilegal, falta de remediación de pasivos, etc.
Hasta el cierre de esta edición, el maestro Supo no movía un dedo frente al alto riesgo de escasez de combustible e inminente alza de combustibles, a causa del cierre de la refinería la Pampilla; tampoco la abogada (y no ingeniera) Alessandra Herrera, designada como ministra de Energía y Minas.
Lo indignante es que a pesar del gravísimo daño que una medida como esta ocasiona a los ciudadanos y a la economía, se ponga al frente de los ministerios directamente relacionados con el problema, a personajes neófitos, alejados del altísimo nivel de especialización requerido. ¿Se habrán enterado los flamantes ministros que si no opera La Pampilla como ahora, este mes el país no obtendrá en su totalidad los 250.000 barriles de petróleo que consume cada día?
Si bien el OEFA (adscrito al Minam) está facultado para aplicar a Repsol la sanción actualmente vigente, no lo puede hacer a costa de paralizar el suministro de petróleo al país. Se olvida o no se quiere ver, que La Pampilla es uno de los centros más importantes para el ingreso de petróleo al país y paralizar la refinería ocasionará escasez, aumento de precios, especulación, caos.
Estos días los especialistas, como el catedrático Manco Zaconetti, entrevistado para esta edición, viene advirtiendo hasta la saciedad que la paralización de La Pampilla ocasionará graves problemas de abastecimiento. ¿El presidente Castillo responderá nuevamente con su táctica del avestruz?