Edwin A. Vegas Gallo, colaborador
Para tratar de entender el estrés traumático, de la incertidumbre política del país, así cómo las posturas de los políticos, de cara a las elecciones del próximo abril de 2026, hay que acudir al “principio de la incertidumbre” de la mecánica cuántica, formulado por el físico alemán y premio Nobel Werner Heisenberg (1927).
La explicación simple de este principio, es, “ siempre hay falta de certeza o certidumbre en los eventos”.
En Ciencia Política, la incertidumbre se refiere, a la incapacidad en el arte de gobernar, para predecir consecuencias o resultados, debido a la falta de conocimiento o impericia de los decisores políticos o ausencia de bases de datos para realizar predicciones.
Esto viene a colación, de que no se necesitaba mucha sabiduría, para predecir que López- Aliaga, Acuña y Keiko Fujimori, entre otros, iban a ser candidatos presidenciales e invocaban a la indefinición, hasta el último momento que manda la ley, para ser candidatos en el caso de los dos primeros y la última “lo tengo que ver bien con mis hijas”.
Es en esta incertidumbre política, en que no se predijo las consecuencias de la protesta pasada, que generó un fallecido, disturbios callejeros, policías heridos y ciudadanos detenidos, con voces de culpa, de unos, a la “mafia de los caviares” (concepto acuñado por el color rosado, no rojos, de las ovas del salmón) y de los otros, a la “mafia política vigente en la última década”.
En un caso u otro, se aprovechan de la incertidumbre, para llevar agua a su molino.
Es en esta situación inesperada, pero esperada, que pareciera contradictoria en la política peruana, que el Tribunal Constitucional, TC, por mayoría de votos, se convierte en la cuarta instancia del Poder Judicial y emite un hábeas corpus favorable para Keiko Fujimori, con anulación del juicio cócteles, en sentencia que no es de inocencia ni de culpabilidad, sino que es un tema de “deficiente tipificación” del supuesto delito, tema que cualquier estudiante de Derecho lo conoce.
En este punto, una consideración positiva para la presidenta del TC, Luz Pacheco (Universidad de Piura), quien con su voto en minoría, ha dado cátedra al considerar, que más allá de la tipificación, hubiera sido preferible que el juez penal de la justicia ordinaria decida, sin apasionamiento político, sino de acuerdo a lo que manda la Constitución y la ley. Muy bien por aquella.
Lo cierto es, que con este fallo el TC en mayoría, ha actuado en abierta intromisión a la justicia ordinaria, desdibujado a la justicia constitucional y dejando en mal pie al Poder Judicial.
Volviendo a la incertidumbre y de cara al inminente proceso eleccionario, la misma actuará entre los votantes porque tendremos que tomar decisiones en condiciones de incertidumbre.
Sino recordemos, lo boquiabiertos que quedamos los peruanos con el triunfo del desconocido Pedro Castillo, el 2021, cuando las encuestas iban en otra dirección .Lo mismo sucedió con Milei en Argentina y que de seguro funcionará con la elección presidencial de 2026.
Como corolario señalaremos que ante la certidumbre de la postulación a la presidencia de la República y a senadores y diputados, causantes del estrés traumático del país, es mejor aplicar el principio de precaución o sea pensar bien el voto libre de dádivas, antes que la incertidumbre nos envíe un presidente o senadores o diputados impensados, buenos para nada.
Recordemos que en las elecciones no prima la lógica del poder, ni la mano dura, sino lo que predomina es la potencia del electorado popular que expresa por dónde van las resistencias a los poderes fácticos, con un no a la manipulación propagandista del monopolio de los medios. La estrategia del votante debe pasar por su militancia o yo interno, por un rostro frente a otro rostro, para poder mirarnos a los ojos y así evitar disquisiciones de la incertidumbre y de la sorpresa de los resultados electorales.











