A menos de un mes para las elecciones, la campaña electoral empezó a calentar las calles con la aparición de los infaltables saltimbanquis de la política que vuelven recargados y más osados, arrastrando pancartas; afiches multicolores; murales gigantescos y una “suculenta oferta” electoral que ni ellos mismos están conscientes de digerir y menos cumplir.
Los equilibristas de la política solucionarán mágicamente los problemas de inseguridad. No más rateros ni sicarios. Otros prometen sacar agua de las rocas; sanear tierras; entregar títulos y acabar con la corrupción.
Pero nadie menciona que la burocracia estatal frena iniciativas y presupuestos; que las municipalidades no tienen plata para pagar servicios; que existen prioridades y juicios y hasta que carecen de equipos técnicos capacitados.
Lo fácil es explotar la ingenuidad, ignorancia, mediocridad y el conformismo de los grupos sociales. Saben que con la mentira pueden manipular y darles altas dosis de fantasía, drama, baile y frivolidad. La ventaja de estos es que la población -que piensa en términos inmediatos-, termina por creerle a los más embusteros, astutos y ladinos. Ejemplos sobran.
Síguenos en nuestras redes sociales:
- Facebook: Diario El Tiempo
- Twitter: @eltiempopiura
- Instagram: @eltiempopiura
- YouTube: Diario El Tiempo
- TikTok: @eltiempopiura