En la «ciudad del eterno calor», la llegada de las «Velaciones» trae consigo una tradición arraigada en el corazón de los piuranos. Se trata de visitar los cementerios para venerar a los familiares, amigos o conocidos que han partido de este mundo. Las velaciones se celebran durante los días 1 y 2 de noviembre, donde los familiares de los difuntos encienden velas durante el día y la noche como una forma de mantener vivo su recuerdo.
Cada 1 de noviembre es dedicado, especialmente, a recordar a los niños fallecidos, y la costumbre consiste en repartir dulces conocidos como ‘Angelitos’.
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Dulces de los ‘Angelitos’ de Piura: «Come por mi hijo, que en paz descanse»
El 1 de noviembre, la repartición de ‘Angelitos’ es una tradición que tiene un profundo significado emocional para las familias que han sufrido al muerte de un niño. Aquellos que reparten estos dulces buscan a un niño que tenga la misma edad de su ser querido al fallecer. Esta acción se convierte en un gesto de cariño, una forma simbólica de decirle al niño: «Come por mi hijo, que en paz descanse».
Estos dulces, decorados con colores vivos y atractivos para los pequeños, están elaborados principalmente con harina, manteca, agua, camote y chancaca. Entre las delicias se encuentran galletas, alfajores y pequeños pastelitos.
El empaque de estos dulces también recibe especial atención, decorándolo con colores llamativos. Los ‘Angelitos’ tienen un costo simbólico de S/ 1.00 y solo se venden durante los días 1 y 2 de noviembre.
Herencia Tallán
Según Matías Cruz Sandoval, historiador de costumbres cataquenses, la repartición de Angelitos es una herencia de la cultura Tallán, cultura que siempre veneraba a sus muertos.
Cruz comenta que con la colonización, los niños fallecidos pasaron a ser ‘ángeles protectores‘ que parten de este mundo, adelantándose a la muerte de los padres. Para rendir culto a los niños difuntos, se buscaba una manera de aproximarse a su entorno. Es por esto, según indica, que el color y la forma de los dulces son tan atractivos para los pequeños.
Los ‘Angelitos’ de Piura: más de 500 años de tradición
«Esta es una costumbre que viene desde la llegada de los españoles, tiene más de 500 años y representa el espíritu y raíz Tallán y por ello, todos debemos buscar preservarla, enseñándoles a respetar a nuestros hijos», nos dice Marisela del Socorro Guerrero Briceño.
Con su excelente buen humor, esta cataquense de 54 años, es una de las manos prodigiosas que prepara, en la festividad de Velaciones, los tradicionales ‘Angelitos’, que los vecinos de la margen derecha o de la margen izquierda, Heroica Villa y turistas reclaman por estas fechas.
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En estos días, su horno trabaja los tres turnos; pues son requeridas miles de bolsitas con estas delicias, buscando mantener la costumbre de entregar estos dulces a niños o adolescentes, pues recuerdan a un ser querido ya fallecido.
Otra familia de tradición en estas fechas de velaciones, es la de Luis Vílchez Macalupú y su esposa Gladys Flores Ramos, dueños de la tradicional panadería San Juan, saben de esta costumbre que recogieron de sus tatarabuelos. En su casa, ubicada en la calle Lima de Catacaos, esta pareja de esposos preparan todos los años en noviembre los famosos ‘Angelitos’ –dulces de todo tipo–, y roscas de muerto.
«Los angelitos son dulces que preparamos en velaciones, y que se les da de comer a los niños de la misma edad de otros ya fallecidos»
¿Dónde comprar «angelitos» y cuál es el precio en Piura?
Si quieres ser parte de esta tradición y recordar a tu pequeño que no se encuentra en el mundo terrenal, puedes comprar tus «angelitos» en el mercado modelo de Piura o a las afueras de los cementerios. Su precio oscila entre S/ 2 y S/ 5.
Esta pequeña muestra de cariño que compres contiene suspiros de colores, dulce de camote, rosquitas, pastelitos y pedacitos de queque, que se obsequian a los niños de la misma edad del menores fallecido.
Este detalle suele ser acompañado con las siguientes frases: «Come en el nombre de mi angelito» o «Come por mi hijito, que en paz descanse» que usan los familiares.