El cacao, uno de los productos más emblemáticos del Perú, tiene un origen aún más antiguo de lo que se creía. Nuevos descubrimientos en la Huaca Montegrande, ubicada en la selva de Cajamarca, han revelado que la domesticación del cacao en el Perú comenzó hace aproximadamente 6,100 años, casi un milenio antes de lo que indicaban hallazgos anteriores.
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El hallazgo fue realizado por un equipo de investigadores liderado por el arqueólogo Quirino Olivera, quien encontró esculturas de piedra con forma de mazorca de cacao y restos óseos de llama en contextos ceremoniales, enterrados a 3.5 metros de profundidad respecto a niveles ya explorados. Estos objetos fueron analizados mediante pruebas de radiocarbono en un laboratorio especializado en Miami, Estados Unidos, y confirmaron su antigüedad.
“Este hallazgo refuerza la idea de que la selva norte del Perú fue un centro de domesticación temprana del cacao”, señaló Olivera, quien lleva más de una década investigando en Montegrande.
El cacao peruano desafía la narrativa histórica
Hasta 2023, las evidencias más antiguas databan de hace 5,300 años. Sin embargo, los nuevos resultados, respaldados por datación científica y publicados por Scientific Reports a inicios de 2024, posicionan al Perú como el verdadero origen del cacao, desplazando las teorías que lo situaban en Mesoamérica.
Según el estudio internacional liderado por Claire Lanaud, del Instituto Agap de la Universidad de Montpellier (Francia), la Amazonía peruana fue un epicentro clave en la domesticación de plantas, incluido el Theobroma cacao. Este fruto fue utilizado con fines ceremoniales y se expandió desde la selva peruana hacia la costa del Pacífico y otras regiones de América del Sur y Central.
El artículo destaca además que los grupos genéticos del cacao amazónico están presentes en culturas milenarias como Valdivia (Ecuador), Puerto Hormiga y San Jacinto (Colombia), todas con una antigüedad mayor a los 5,000 años, lo que evidencia interacciones culturales y agrícolas tempranas.
Montegrande: santuario arqueológico y genético del cacao
El sitio arqueológico Huaca Montegrande, con su singular estructura en espiral, no solo alberga historia, sino también el legado genético de un cacao único. Olivera, además de su labor arqueológica, lidera un programa de conservación genética del cacao nativo, en colaboración con comunidades de Jaén, San Ignacio, Bagua y Chachapoyas, donde aún sobreviven árboles centenarios, resguardados por familias durante generaciones.
“Buscamos producir un chocolate ceremonial de alta calidad, con un cacao que tiene un linaje ancestral”, explicó el investigador, quien expondrá sus avances en el Salón del Cacao y Chocolate 2025 en Lima.
Perú consolida su lugar como cuna del cacao
Estos nuevos descubrimientos no solo enriquecen el patrimonio cultural del país, sino que también reafirman el rol del Perú como cuna del cacao en el mundo. La integración entre investigación científica, conservación genética y producción sostenible podría convertir a esta especie ancestral en un símbolo de identidad y desarrollo para la Amazonía peruana.











