Inspirados en esta frase, un grupo de veteranos rockeros, entre los que me incluyo, luego de varios años de inactividad, con pandemia incluida, la semana pasada desempolvaron sus guitarras y diversos instrumentos de percusión, para tributar un merecido homenaje, a los amigos músicos que partieron en viaje al infinito. Previamente se ofreció una Misa en la iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
En aquel templo, junto a las oraciones, se volcaron los recuerdos y jornadas musicales vividos con Luis Dávila, Jorge “Loco” Alvarez, Enrique Aldana, Lucho Montenegro, Jimmy Higginson, Rolando Rodrich, Segundo Montenegro, Milton Torres, Richard Zavala, Edmundo Ruiz, Gino Robbiano, Luis Raygada, John Vega, Coqui Marky y Alberto Rodríguez. Todos ellos integraron diversas bandas que en la década de los 70 pusieron los cimientos en la historia del rock en Piura.
Su paso por grupos, como Los Masters, Los Wensters, Sangre Verde, Aroma, Piel Latina, Febrero 30, dejó huella en las tradicionales matinales en el teatro Municipal, y amenizando fiestas particulares y abiertas en el sótano de la parroquia del Santísimo Sacramento.
La música es infinita
Y es que la música, desde que el hombre apareció en la tierra, se ha convertido a través de los tiempos, en uno de los factores importantes de la actividad humana.
“Si nos preguntáramos sobre la procedencia de la música- señala Miguel Almeida en la segunda edición de su libro Historia del Rock en Piura- seguro se indagará sobre el hombre y su origen. Se sabrá entonces que todo en el infinito es música, porque música es lo que hacen los átomos, los planetas, los animales y las plantas, el viento y la lluvia”
Y agrega “el rock, cualquier rock, sea del 50 o del 2099, simple o complicado, transmite una emoción verdadera y siempre hará vibrar nuestras fibras y sentimientos”.
Cuando el rock se difundía a través de la radio en Piura, por los 60, los jóvenes de esa época ya vislumbraban lo que sería luego la música de sus preferencias. A nivel mundial aparecieron muchos detractores señalando que “esto no es música”. Por eso, no deja de llamarme la atención, uno de los comentarios en redes que indica “Felicitaciones. El tiempo les dio la razón. Lo que hacen es medicina”, refiriéndose a este reencuentro.
Sobrevivientes
En ese reencuentro del domingo, reavivaron su fuego rockero, Juan Trelles, Raúl Guerrero, Román Quevedo, César Zapata, Lucho Arrese, Carlos Alvarez, Nelson Zapata, Federico Higginson, Luis Hermoza, Max Lozada, Raúl Romero, Miguel Almeida y David Arteaga, quienes demostraron que la música ha sido creada para ponerle recuerdos y emociones del pasado, una visión retrospectiva pensándola en el futuro.
Todos ellos ya peinan canas y sus rostros ya muestran el paso del tiempo, pero su espíritu musical lo mantienen joven, intacto y fluye desde los primeros acordes de las guitarras. A futuro, este tipo de reencuentros se realizarán cada mes y hasta piensan reaparecer en actuaciones públicas.
En la música no interesa la edad ni el idioma, lo importante es llegar a las memorias y los corazones haciendo que las personas sientan, vivan, bailen y mucho más. Y tal como lo mencionó un amigo en redes “el tiempo nos dio no solo la razón, sino también al rock como medicina”.
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