Por: Gustavo Guarnizo
Los mazapanes de harina de maíz son un patrimonio de Ayabaca y especialmente de las cocinas de las familias campesinas. Esta delicia se come con queso y se sirve en las fiestas. La conserva es una especie de mermelada que se sirve con queso.
Como dice Julia Yangua, mi madre, se trata de un tributo a la santa tierra. La que sin pedir nada a cambio, nos provee de todo, pero principalmente del alimento. De la tierra de Socchabamba, un caserío a 30 minutos del distrito de Ayabaca, también salen los mazapanes, la conserva y el queso que en agosto se reparten y comparten entre los lugareños y visitantes.
Los mazapanes, se preparan con harina de maíz, huevos y miel de caña; la conserva de tubérculos como yuca, camote, zambumba, o zanahoria y miel de caña; y el queso de la leche de las vacas recién paridas. Todo producido por nobles sochabambinos en sus huertas ubicadas en las faldas de los verdes cerros que flanquean esta hermosa tierra.
Agosto es un mes especial para Socchabamba. Es sinónimo de fiesta, de alegría, de celebración, pero sobre todo de reencuentro y compartir. El tercer domingo del mes celebran a su santa patrona, la virgen Nuestra Señora de Fátima.
Por este motivo, días previos los pobladores del lugar se alistan preparando el mejor queso, seleccionando las mejores yucas, camotes, zanahorias u otros productos para elaborar la conserva. Para esto, los tubérculos se lavan, muelen y se ponen en un perol con poca agua, luego a fuego mediano, y añadiendo la miel, se cocinan hasta formar la conserva.
Para los mazapanes, se forma una masa en base a harina maíz, huevos y un poco de miel. Generalmente se cuecen en hornos artesanales, pero muy pocos se conservan.
Cuando las familias tienen estos productos ya preparados, bien guardados y conservados en sus cocinas; casi todo está listo para la fiesta. En el día central son repartidas en pequeñas porciones entre familiares y a los visitantes foráneos, como un símbolo de gratitud y fraternidad por acompañarlos en esta fecha especial.
Son las mismas familias; las esposas, sus esposos, o sus hijos quienes este año fueron al encuentro de los visitantes y les dieron una plato pequeño que contenía una porción de conserva, un trozo de queso, y tres o cuatro mazapanes. Esto es un símbolo. Los pobladores en familia obsequian una parte y el fruto de su trabajo.
Más que la veneración a la virgen de Fátima, es la fiesta del compartir y la de halagar al que llega a su encuentro y sin importar las circunstancias los acompaña y celebra junto a ellos.
Este 2022, la fiesta empezó con la llegada de los socchabambinos que dejaron su tierra pero la llevan en su corazón. Durante la noche participaron de una serenata o verbena animada por los escolares del colegio de primaria y secundaria, José Carlos Mariátegui, quienes mostraron sus dotes para la poesía, el dibujo y pintura, y la danza.
Al siguiente día hubo encuentros de fútbol y voleibol. Llegaron equipos de los caseríos más cercanos. De ellos también es la fiesta, la gente campesina vivió y disfrutó de la emoción deportiva.
Como todo en la sierra, la fiesta terminó con baile, cerveza y zapateo hasta las altas horas de la madrugada, como suelen decir los socchabambinos que festejan hasta el amanecer.
Las fiestas patronales de Ayabaca son una oportunidad para promover el turismo vivencial, sin embargo, esto no es aprovechado por las oficinas de Turismo o Desarrollo Productivo y Económico de las municipalidades.
Mientras tanto, le prometo que otro día les contaré sobre el cielo de Socchabamba, de día pintado con el azul más imponente y acompañado por nubes blancas; y de noche estrellado como solo él y engalanado por una hermosa luna.
Los mazapanes
Para los mazapanes se busca harina de maíz amarillo, la misma que se cierne y luego se le agrega huevos, miel de chancaca y un poco de manteca. Todo se amasa y luego se pone al horno. La miel le da el dulzor, los huevos integran la harina y le dan suavidad.
La conserva
Para la preparación de este postre de fiesta se necesita yuca, camote, zambumba, zanahoria racacha, achira y chancaca. Todo se cocina y se muele mezclando con mucha paciencia, porque la preparación demora unas cinco horas. Obtener el punto es lo importante.
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