Los niños que padecen autismo manifiestan alteraciones sociales y muestran patrones repetitivos.
Debemos tener claro que el retraimiento no es un necesario indicador de algún trastorno del espectro autista (TEA), o autismo a secas.
Para poder afirmar que una niña o niño padece de esta psicopatología, se deben cumplir ciertos criterios.
Manifiestan alteraciones en la interacción social. No mantienen el contacto visual o lo evitan, no sonríen pasados los seis meses, no estiran los brazos para que los cojan, practican juegos repetitivos y estereotipados, reaccionan con pasividad o con gran irritabilidad ante la aproximación corporal de los demás, muestran intereses muy restringidos y repetitivos.
Parecen alterados en sus sensaciones. Tienen hipersensibilidad a los ruidos o bien “seudosorderas”. Muestran aparente insensibilidad al dolor.
Están alterados en su comunicación. Presentan retardos en el lenguaje y no señalan lo que quieren o cuando quieren algo. No entienden las bromas, los símbolos o los dobles sentidos.
Muestran patrones repetitivos. Presentan dificultades para autorregularse y alteraciones de los hábitos básicos de comida, defecación o sueño. Hacen movimientos extraños con los ojos y otros tics.
Datos
* Los niños que padecen autismo se enganchan a actividades psicomotrices y autoestimulaciones repetitivas, muestran excesiva rigidez o hipotonía muscular y rechazan el contacto físico con sus cuidadores.