Quienes padecen episodios de asma persistente y severa, corren el riesgo de desarrollar un cuadro más delicado a causa de la COVID-19, por eso es muy importante el control médico periódico, el cumplimiento de las recomendaciones, del tratamiento, y la vacunación contra COVID 19.
Así lo advirtió el doctor Enrique Cachay Rojas, jefe del Servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins de EsSalud, quien señaló que “si algún asmático se contagia con el coronavirus, es necesario controlar los espasmos y la inflamación bronquial, pues la infección incrementa el riesgo de complicaciones”.
Recordó que es necesario saber diferenciar un cuadro de asma bronquial de un cuadro de Covid 19. Si bien es cierto, ambos pueden reducir nuestra capacidad ventilatoria, la COVID suele acompañarse de sensación de alza térmica, malestar general y fiebre cuantificada.
El asma bronquial es una enfermedad crónica de las vías respiratorias en la que se produce inflamación de las paredes de los bronquios y espasmo de los músculos que rodean al bronquio, se obstruye el paso del aire lo que desencadena una respiración forzada, sensación de falta de aire, tos, dolor u opresión del pecho y ruidos muy parecidos a sibilantes y roncantes en el pecho.
El alergólogo recomendó acudir a los establecimientos de salud, ante los primeros síntomas de esta afección respiratoria, para que los especialistas brinden un diagnóstico definitivo e iniciar un programa de tratamiento: “ Asma bronquial es una enfermedad ambiental exacerbada en los cambios estacionales, es la enfermedad respiratoria crónica más frecuente en nuestra población, pudiendo presentarse a cualquier edad y provocar dificultad para respirar, falta de aliento, opresión en el pecho y tos”, precisó.
Cachay Rojas explicó que el asma no tiene curación, pero se puede controlar con un programa de manejo de la enfermedad, que implica medidas preventivas, reconocer los factores desencadenantes, tratamiento dirigido según los síntomas, uso de medicamentos como broncodilatadores y corticoides inhalados, así como estudio sobre aeroalergenos desencadenantes, para iniciar inmunoterapias específicas en pacientes que no responden adecuadamente a los pasos terapéuticos previos.
“Este tipo de pacientes debe seguir una conducta preventiva, caso contrario podrían ser víctimas de crisis de bronco espasmos que pueden derivar en atenciones de urgencia. Debemos conocer los desencadenantes para evitarlos; éstos suelen ser el polvo de casa, moho, ácaros, sustancias químicas, algunos medicamentos, algunos alimentos y en un grupo de pacientes está asociado al ejercicio físico. Se recomienda mantener los ambientes de casa bien ventilados, abrir las ventanas y cortinas durante todo el día, y realizar una higiene adecuada”, resaltó.
Recalcó que el asma es una enfermedad ambiental en la que intervienen factores genéticos y estilos de vida.
De esta manera, el hospital Rebagliati realiza un trabajo articulado desde el nivel de atención primaria direccionado a concientizar a la población de los riesgos que supone dicha enfermedad y de la posibilidad de tenerla bajo control, llevando una vida saludable.