La pandemia que este año golpea duramente a la humanidad nos ha obligado a cambiar nuestra forma de vida, habiéndose acuñado para las nuevas generaciones aquella frase que anuncia aquello de la “nueva normalidad”. Las familias, que son conscientes de los riesgos que implica trasladarse de un lugar a otro para vivir la Navidad como lo solíamos hacer, sabemos del enorme sacrificio que significará no poder disfrutar de nuestros padres, hermanos, hijos y tener por amor a ellos que guardarnos en el corazón ese abrazo que tendrá que esperar aún no se sabe cuánto tiempo más para brindarlo.
El concepto del amor que antes se traducía en reunirse, abrazarse, besarse, ha dado un giro tan inesperado que ahora entendemos que amar a alguien es mantener su distancia para cuidar de su salud. Entonces, muchas mesas estarán incompletas este año y sin duda será para muchos de nosotros un momento duro; sin embargo, recordemos que el nacimiento de Jesús es una clara demostración de que Dios sigue creyendo en la humanidad y que cada uno de nosotros tiene la oportunidad de hacer crecer dentro de nuestros corazones a ese niño que nacerá en pocos días, y será la gran oportunidad que tenemos para comprometernos y esforzarnos en ser mejores seres humanos.
Esta Navidad será muy distinta, pero mientras no perdamos su esencia todo estará bien. Así como hemos aprendido a dar amor a metro y medio de distancia, tendremos que aprender a sentir la presencia de los nuestros en el corazón para mitigar su ausencia física; estamos seguros que el niño Dios nos dará la fuerza que necesitamos para afrontarlo, y la sabiduría para transformar estos momentos duros en una maravillosa oportunidad de hacer feliz a los nuestros a pesar de la distancia. No bajemos la guardia, no exponer a los nuestros hará que todo este sacrificio valga la pena.
No perdamos más familiares y amigos por esta terrible enfermedad que ha venido a recordarnos que la vida se nos puede ir en un abrir y cerrar de ojos. Hagamos el esfuerzo ahora, para no llorar a nuestros fallecidos después. Feliz navidad a la distancia y un 2021 que nos siga regalando esperanza y fe.