Por: Pbro. Miguel Medina Pacherre / SACERDOTE
Dicen que los curas somos como los aviones, mientras están volando nadie habla de ellos, pero, si se caen o “los hacen caer”, los buitres y aves de rapiña se ocupan de él y de su “desgracia”; ahora bien, así como con los aviones, lo recomendable es no especular y esperar la aparición de la “caja negra” que explica lo verdaderamente sucedido y no quedarse con la versión de los jefes, comunicados de prensa, redes sociales interesadas y pagadas o afines; este escriba está aquí, negro como la caja negra para decir y, modestamente, explicar lo que sucedió detrás de cámaras.
Los curas no se caen porque sí, así como los aviones, sufren por el clima agreste ad intra y ad extra del clero, a algunos les zarandea fuerte y como una tempestad los tumba, amados por unos y odiados por otros, fuerzas positivas y negativas del entorno que inciden en nuestras vidas, un drama muy parecido al drama de Jesús, y si no estamos bien cogidos de Él, nos venimos abajo.
Creo que la caja negra sirve, no tanto para recuperar al caído sino sobre todo para evitar futuras caídas, hacer ajustes, tomar precauciones y también corregir fallas; escribo esto con la única intención de servir al ministerio eclesial y episcopal, claves para el bienestar integral de todos los sacerdotes, todos los sacerdotes. Todos.
El clima agreste se da porque a menudo algunos señores llegan a su nuevo destino pre-juiciados contra “algunos curas supuestamente intocables” como dijo alguno; entran mal desde el inicio; buscan a los “curas recomendados” o sin criterio propio, aquellos que si el obispo dice 4X4=35, dicen “Chi Cheñó” y son bastantes.
Lo sano, prudente y verdaderamente episcopal es escuchar sin pre-juicios a todos, conocerlos de primera mano y no por chismes; los curas nos contentamos con sólo un abrazo sincero o una palmada en el hombro, o con sólo ser escuchados; lamentablemente, algunos “no conocen” ni quieren conocer de primera mano a sus presbíteros y como “pastor asalariado”, busca otros intereses, no se atreve a escuchar la otra versión; no sabe ni la fecha de sus cumpleaños o de ordenación o sólo envían saludos protocolares tarjetitas o flyers generados por los “omnipotentes” secretarios o sus encargados de prensa; éstas fechas son ocasiones para el encuentro, para “caminar juntos celebrando juntos” conocer a la familia de sus curas: ¿Es mucho pedir? ¿Señor Obispo, puede usted decir tranquilamente y con orgullo “Yo conozco a mis ovejas y ellas oyen mi voz y me siguen?”
Antes que por sus curas, andan absortos y muy ocupados en “promocionarse”, llaman a los curas para hacer bulto, le interesan sus drones y fotos; siempre en “carrera” como denunciaba Francisco, otros, ambicionando y buscando una diócesis “mejor”; no faltan los obsequiosos con nuncios y purpurados o promotores de mega eventos marketeros donde usurpan el trono de Dios y el “todo honor y toda gloria” del Padre; mientras tanto sus curas perdiendo altura, viniéndose en picada. n
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