El fallo del TC en contra del proceso de la prescripción de deudas tributarias a 158 grandes empresas, por más de 9 mil millones de soles (a Piura le presupuestaron 7 mil millones para la reconstrucción), alegró a muchos, entre ellos a la gente de la Sunat porque al fin cobrarán la abultada deuda; pero también generó preocupación entre los inversionistas privados.
Para el país es beneficioso que este dinero ingresé de a pocos a las arcas estatales porque de esto dependen muchas obras (inversión pública) para el país; sin embargo, llama la atención los “descuidos” de la Sunat que, según especialistas, es muy permisible con las grandes empresas, no así con el pequeño contribuyente al que persigue al estilo de la Gestapo alemana.
En efecto, el fallo del TC sienta jurisprudencia, pero a la vez da un mensaje a la inversión privada: que en cualquier momento le pueden cambiar las reglas del juego. Por ello, es importante que el ente recaudador cumpla a tiempo con su obligación a las grandes empresas, tal y como lo hace con los pequeños, pues en el país no debe haber privilegios de ningún tipo, menos en el pago de tributos.