Hasta hoy rige el aislamiento obligatorio o la cuarentena impuesta para “martillar” la curva del coronavirus. El toque de queda sigue al igual que los domingos de inamovilidad. Más allá de los cuestionamientos de si sirvió o no esta medida, nos queda el haber aprendido a cuidarnos mejor y a conocer las graves deficiencias de nuestro cuestionado y obsoleto sistema de salud.
Sin embargo, no se crean que el levantamiento de la cuarentena equivale al fin del Covid-19. Este estará presente el resto del año, agazapado en cada esquina a la espera de incautos y confiados por tanto, debemos seguir con el protocolo de limpieza y cuidado, pero sobre todo, con el auto-aislamiento. Si no es necesario salir
no lo haga y menos empiecen a organizar jaranas y tours de visitas.
No podemos olvidar que a pesar que hemos aprendido a enfrentar al Covid-19, el sistema de salud sigue debilitado y atiborrado de pacientes que buscan oxígeno y
camas. No se puede cantar victoria porque en un día bajo la cifra de fallecidos; si no mantenemos el autocontrol, aseo y aislamiento, estaríamos contribuyendo a generar la segunda ola de infectados.
Eso le pasó China, Italia y España.
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