Las disculpas del presidente Martín Vizcarra no lo limpian del pecado ni del delito; y si bien hay muchos que por pragmatismo y para no ahondar la crisis económica, prefieren que termine su mandato, lo cierto es que el entorno que lo rodea y la política chabacana y de conveniencia que se practica desde hace más de 20 años en el país, se ha instalado también en Palacio, convirtiéndolo en sucursal de la farándula; esa misma que daña la cultura y el intelecto de los peruanos.
¿Tan bajo ha caído la política en el Perú? ¿Así, entre chismes y farándula es como se gobierna y se decide el destino y desarrollo de nuestro país? Más allá de la polémica y la crisis generada por estos audios, es triste y vergonzosa la forma cómo se manipula y miente. ¿Qué confianza puede generar un político y sobre todo un mandatario, tras hacerse público todos estos entretelones?
Con una elección a puertas, preocupa que este tipo de política se siga practicando y que el próximo año salgan nuevamente elegidos “comepollos” o “robacables”. Esta vez es cuando más alertas deberíamos estar los peruanos para evitar elegir a lo peor de la política nacional.