Una de las advertencias de los especialistas en salud mental durante la pandemia era no tener miedo, pues éste te desconecta de la existencia y te sume en la soledad. Esto sucede porque nos han educado para cualquier cosa, menos para amar y amar en libertad. Pues, quien ama siempre estará agradecido y con responsabilidad (libertad) sabrá reconocer en los otros no sólo sus defectos, sus errores, sino, fundamentalmente, sus virtudes, sus talentos y su generosidad.

Sostengo esta premisa, porque en el día a día, ya sea en el hogar, el mercado, el microbús, el trabajo…, escuchamos todos los males que se manifiestan en nuestra existencia: injusticias, actos de corrupción, delincuencia, feminicidios, medios de comunicación con noticias desagradables, etc.

Pero, haciendo un ejercicio, me pongo al otro lado y empiezo preguntándome: ¿todo es malo en nuestra existencia? ¡Pues no! Y empiezo a cambiar mi imaginario, mi mentalidad; es decir, la manera negativa de ver la existencia humana y me programo para ver en los otros lo valioso y hermoso de su ser:

1. Cómo no agradecer la solidaridad de las Mujeres de Comedores Populares, nuestra Iglesia y sus párrocos que contribuyeron con su trabajo a mitigar el hambre de los vecinos.

2. Cómo no agradecer a los profesionales de la salud, médicos (166), enfermeras, técnicos y administrativos que heroicamente han dado su vida para salvar a otras.

3. Cómo no agradecer a nuestras FF. AA. y PNP que con su servicio nos ayudan a no cometer errores y cuidarnos debidamente para no contagiarnos del COVID-19. Mi reconocimiento, también, para los que sacrificaron sus vidas por cumplir su deber.

4. No podemos ser mezquinos y dejar de reconocer los aciertos que desde el Gobierno se han logrado.

5. Y, fundamentalmente, a nuestro pueblo que ha sabido cumplir el control de esta pandemia.

6. Expreso mi agradecimiento, a la vez, a los profesionales de la salud del hospital Reátegui, en la presencia del médico cirujano Javier Espinoza Cuadros y la colega docente de la UNP, jefa de enfermería del hospital, Dra. Lidia Zapata, porque nos demuestran que en EsSalud sí es posible expresar ese amor necesario para el paciente. Pues cuando el amor se profundiza desaparece el miedo y allí está la felicidad; el amor es la luz, el miedo es la oscuridad. No tengamos miedo de agradecer. Gracias y a superar los errores.