Por: Cristián Segovia / Analista senior de Videnza Instituto
Hace una semana el Instituto Nacional de Estadísticas (INEI) publicó dos informes clave para conocer el estado de la economía y la situación laboral en el Perú: por una parte, la producción nacional creció 3.33% en el primer semestre del 2025, impulsado por el buen desempeño de los sectores primarios como Pesca (33.7%) y Manufactura (14.3%). Por otra parte, el INEI reveló que el desempleo a nivel nacional en los meses de abril-mayo-junio se mantuvo en 5.9%, al igual que en 2024 y muy por encima del 3.9% del mismo periodo en 2019, lo cual genera preocupación en la población económicamente activa que no logra encontrar trabajo, al mismo tiempo que ve cómo la economía nacional crece.
Respecto a la ciudad de Piura, se dio a conocer una tasa de desempleo de 7.2% durante el segundo trimestre de 2025, mayor a la del país, pero que representa una mejora en comparación con 2024 (8.2%). Las malas noticias vienen por el lado de los ingresos: entre julio de 2024 y junio de 2025, el ingreso promedio en la ciudad de Piura fue de S/ 1,819, ligeramente menor a los S/ 1,857 del periodo anterior (julio-2023 a junio-2024). Esto quiere decir que se han creado empleos pero que han sido empleos de menor calidad, que no son acorde con lo que necesita su población. De hecho, Piura fue la cuarta ciudad con mayor inflación interanual (2.25%) en junio de 2025, siendo solo superada por Puerto Maldonado, Ica e Iquitos, todas ciudades que sí vieron incrementados sus ingresos en este periodo, por lo que, en términos reales, Piura es una de las ciudades con mayor reducción de ingresos a junio de 2025.
Además, causa preocupación el aumento de la brecha salarial entre mujeres y hombres: pasó de S/ 548 en junio de 2024 a S/ 600 en junio de 2025, un incremento del 10%, a diferencia de lo que ocurre a nivel nacional en el que la brecha se ha reducido. De manera similar ocurre en la informalidad: mientras el país ha reducido la informalidad (de 71.1% a 70.7%), la ciudad de Piura se mantiene en los mismos niveles, tanto en mujeres (67.2%) como en hombres (61.2%).
En conjunto, los datos muestran que Piura enfrenta un panorama laboral frágil: aunque el desempleo se reduce, las brechas de género persisten y los ingresos retroceden frente al promedio nacional. A ello se suma una informalidad que no cede y que limita las perspectivas de mejora. La conclusión es clara: la ciudad todavía se encuentra rezagada en la construcción de un mercado laboral más justo y sostenible.












