De consolidar su ventaja PL sobre FP, y en un probable gobierno de la izquierda, preocupa a los inversionistas la frágil estructura sobre la que se apoya este partido. Y eso se evidenció durante la segunda vuelta cuando Castillo sumó a su equipo técnico a personajes de las otras izquierdas para darle mayor peso político y técnico.
Uno de los jales fue el economista Pedro Francke, quien luego se encargó de suavizar -“aterrizar” sería lo más apropiado- el plan extremista de PL. Ahora no se estatizarán empresas, se dialogará con las mineras y no se expropiará ahorros ni propiedades. Hasta allí todo bien; sin embargo, congresistas del ala más dura de PL, como Zaira Arias, no pierde el tiempo para cuadrar a Francke y hasta alardear que él no representa al partido.
Son estas discrepancias e intromisiones al interior de PL las que preocupan. ¿Realmente Castillo está armando un equipo técnico fiel a él o sigue dependiendo directamente de Vladimir Cerrón? Si Castillo no se amarra bien los pantalones, es probable que Cerrón se vuelva el titiritero e intente imponer cargos y planes de gobierno de la izquierda más radical y ortodoxa. Atentos todos.