Al controvertido Vladimir Cerrón, dueño de Perú Libre y quien marca la agenda de Pedro Castillo, no hay que perderle el paso.
Es obvio que este recalcitrante y mediático dirigente busca en la política local dos acciones importantes para su futuro inmediato: librarse (anular) su condena y, segundo, desplegar su más ambicioso plan de volverse presidente del Perú.
Por lo pronto y ante la vista de todos, su bancada en el Congreso ha sido protagonista en la elección de los nuevos miembros del TC. Con los votos de esta agrupación han llegado al TC, Gustavo Gutiérrez (paisano de Cerrón), Francisco Morales, Helder Domínguez, Luz Pacheco y César Ochoa. ¿Eso en qué beneficia a Cerrón? El sentenciado dirigente, muy hábil él, presentó el 25 de marzo, cuando sabía de los finalistas del TC, un nuevo habeas corpus.
La intención es que le anulen la sentencia que le dejaría el camino expedito para su aventura presidencial, pero antes, conformar la plancha y tener mayor presencia en el gobierno de Castillo. Con los “amigos” en el TC, es probable que el habeas corpus tenga éxito. De ser así, veremos a Cerrón en toda su dimensión y ambición por instaurar su ideario comunista.
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