El llamado Complejo de Mercados de Piura ha sido y es, hasta hoy, un enmarañado problema que ningún alcalde o funcionario edil ha podido resolver en los últimos 25 años.
Sobre este emblemático grupo de mercados y sus problemas hay millones de soles perdidos en operativos fallidos y reubicaciones que nunca funcionan, además de daños al ornato de la ciudad, la sanidad y la seguridad de la población.
¿Tan difícil es ordenar a los comerciantes? Maliciosamente, un dirigente de mercados afirmó que hoy los informales se multiplican tan rápido como el virus del Covid-19; pues a falta de control municipal y por la crisis económica, han llegado nuevamente a invadir todas las pistas, veredas y áreas públicas de esta conflictiva zona.
Lo peligroso es que están generando un potencial foco infeccioso del coronavirus. ¿Soluciones?
Nadie se atreve a dar alguna como eficaz, pues hasta ahora no ha funcionado la represión policial; la reubicación apurada ni mucho menos el baño de agua fría que les da el rochabus; pues mientras la propia población siga colaborando con el desorden y comprándole al ambulante, este seguirá existiendo.