La historia de El Tiempo, como la de un buen libro, ha sido parte de la vida de los piuranos por más de un siglo. Cada portada, cada fotografía, artículo o titular, con el inconfundible olor a tinta, fue más que un estilo de comunicación; ha sido una ventana al mundo. Un testigo privilegiado de hechos; un cronista pulcro de la historia de Piura, del Perú y el mundo.
Mirando las portadas y eventos de los últimos 108 años, no podemos evitar la nostalgia y la reflexión sobre el gran tesoro históricos que significa El Tiempo de papel para la región Piura, porque más allá de ser un medio de información representa el sentido de comunidad; un vehículo que ha unido a través de las noticias y las historias a varias generaciones.
Estos 108 años nos hace reflexionar también sobre la comodidad e inmediatez que nos da la tecnología digital (que nos roba el placer de leer cada mañana el periódico acompañado de una taza de café) y que nos reta a reinventarnos para seguir con la gran responsabilidad de informar. Como director de este emblemático diario, agradezco en nombre de todos los que hacemos El Tiempo, a los miles de lectores por dejarnos entrar cada mañana a sus hogares.
