La crisis económica y política que se vive en el país desde hace algunos años, condimentada con el ácido ingrediente de la inseguridad ciudadana, la corrupción y el deterioro de la institucionalidad, está jugando en contra del futuro del país, sobre todo de su población joven.
Según un reciente estudio de IEP, el 47% de los peruanos entre los 18 y 25 años, tiene deseos e intenciones de abandonar el país en los próximos 3 años, reviviendo así el éxodo que los peruanos padecieron en las décadas del 80 y 90.
Según el analista Pablo Bustamante, es lamentable y peligroso que los jóvenes quieran abandonar el Perú y “apagar la luz”, porque en su propia nación no tienen oportunidades. Lo preocupante es que se va el futuro del país, son los jóvenes quienes deben tomar la posta, con el ingrediente que en ese éxodo se van muchos talentos.
Irse del país en busca de mejores oportunidades no es un delito, pero sí que tengan la necesidad de huir como una forma de sobrevivir.
Esta grave situación debería ser una clarinada de alerta para el gobierno y la clase política cuya vocación ideológica o sus luchas intestinas por el poder, los mantiene cegados de la realidad.