En el fútbol, muchos peruanos se contentan con empatar, “jugamos bien… sin embargo perdimos, como siempre”, dicen los comentaristas deportivos.
En política cuestionamos y nos escandalizamos, pero soportamos con estoicismo a los malos políticos; hoy, nos alegra la llegada de 300 mil vacunas contra la COVID-19 y nos volvemos a olvidar que la tarea no solo es vacunar a unos cuantos, sino a toda la población, sobre todo, al vulnerable.
Según encuesta de Pulso, el 63% de peruanos es tolerante y conformista; nos da lo mismo que los políticos roben, solo despotricamos por las redes, pero volvemos a elegir a los mismos deshonestos. Hoy parece que ya derrotamos la COVID-19 con 300 mil vacunas… “por lo menos ya empezamos”, se alegran algunos.
Lo cierto es que nos falta energía para exigir un derecho como es el de la salud. El Estado no aprendió de la primera ola y seguimos arrastrando los mismos defectos y debilidades, una de ellas es la falta de oxígeno y camas UCI, pero menguamos el sufrimiento, alegres de que llegó un pequeño lote de vacunas para unos pocos peruanos… ¿Y los demás?