La buena noticia por estos días es que ningún integrante del actual Congreso ni del anterior, que fue disuelto por Martín Vizcarra, podrá ser reelegido. Así lo ratifica el JNE, amparándose en el artículo 90-A de la Constitución.
El referéndum de reforma Constitucional del 2018 ratifica esta desición; sin embargo, algunos legisladores no dan su brazo a torcer e insisten en que pueden hacerlo.
En efecto, más de un parlamentario en ejercicio se preparaba para las elecciones internas de sus respectivos partidos, y parte de su función congresal la habían dedicado a medrar promoviendo normas populistas y polémicas intentando con ello acaparar votos en las próximas elecciones 2021.
La aclaración que hace el JNE cae en un momento preciso porque da sosiego a muchos ciudadanos cansados de los escándalos, propuestas desatinadas y hasta acusaciones de corrupción de quienes deberían ser el ejemplo de trabajo, decoro y compromiso con el país.
Solo queda esperar que esta vez los partidos tamicen con cuidadoso esmero la selección de los nuevos aspirantes a legislador, eso nos daría –vale la pena soñar-, un nuevo Congreso, consecuente e íntegro.
