Pedro Castillo, además de sumar su cuarta investigación por encubrimiento en el ejercicio del poder (algo inédito en la historia del Perú), continúa casi con impunidad grosera tratando por todos los medios de obstruir las diligencias del Ministerio Público; ahora infiltrando “topos” al equipo de élite que armó el ex ministro Mariano Gonzales para ubicar y capturar a los tres prófugos quienes tienen mucho que explicar sobre la conducta presidencial.
Sobre lo último, el flamante ministro de Interior, Willy Huertas, en un intento por poner paños fríos afirmó que el equipo de élite de investigación que armó González seguirá adelante, sin embargo, -allí va la estocada-, será “reforzado” por otros profesionales de la investigación.
Esta propuesta, para los conspicuos analistas no es otra cosa que “sembrar topos”.
Lo que buscan es que esos “topos” obstruyan la investigación e informen de las peripecias de este equipo al gobierno, como se ha hecho antes permitiendo la fuga de tres investigados, de tal forma que no se pueda dar con el paradero de quienes tienen cuentas pendientes con el Ministerio Público. Una vieja táctica que ya se ha hecho costumbre en el poder.
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