Las medidas de restricción abrieron nuevamente la controversia de si primero es la salud y luego la economía, o viceversa. El tema hace tiempo quedó zanjado: primero es la salud y, si se puede, tratar de hacer el menor daño posible a la economía. Eso lo entienden muchos empresarios, pero no la población de menores recursos e informal que es la que sale a las calles a pesar de las sanciones y todos los riesgos contra su salud.
El turismo, sin embargo, es el sector que literalmente agoniza. En Piura la temporada de playas reactiva este sector, pero hoy con el toque de queda, la prohibición de concurrir a las playas y la inamovilidad dominical, se le ha dado el golpe de gracia, pues no solo deben cerrar los locales, sino despedir a muchos trabajadores que son, en el extremo, quienes a partir de ahora deberán ganarse la vida informalmente en las calles, salvo que puedan soportar por algún tiempo más la restricción.
Existen otros sectores afectados en la región, por ello es que debemos apelar a la responsabilidad de los piuranos para evitar reuniones masivas. Si todos colaboran con el protocolo de sanidad, es probable que Piura salga de la zona roja en que hoy se encuentra.