Los trabajadores formales estarán felices con la medida populista del gobierno de Pedro Castillo de incrementar el sueldo mínimo, de S/ 930 a S/ 1,025 a partir del 1 de mayo, pero no así el sector empresarial y muy en especial las Mypes porque las obligará a navegar en el submundo de la informalidad, mientras otras deberán despedir personal o endosar esos gastos al cliente final, pues no hay otra forma de financiar estos pagos.
De esta forma no solo se encarecen los productos y servicios de las pequeñas y medianas empresas, sino que esto alienta la inflación que ya carcome los bolsillos de los peruanos de menores recursos. Según los representantes de las Mypes, con este incremento deberán desembolsar S/ 1,500 millones adicionales cada año para cumplir con la nueva escala salarial a sus trabajadores.
Esta decisión presidencial deja la impresión que el gobierno de Castillo ni siquiera ha evaluado la coyuntura económica mundial, mucho menos la contracción de la inversión pública y privada, con lo cual recargar a las empresas formales solo las lleva a la disyuntiva de escoger entre la informalidad, incrementar precios o despedir personal.
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