El presidente de la comisión de Constitución del Congreso, Omar Chehade, quiere hacerse otra. Ha puesto sobre la mesa un predictamen que propone que solo los precandidatos con más de seis meses de afiliación, pueden participar en las internas de los partidos. La propuesta, por supuesto, agitó el panal de las abejas.
Aunque con una buen dosis de malicia, tiene razón Chehade, pues si hablamos de reformas políticas en los partidos, una de ellas debería considerar la afiliación de sus integrantes para evitar el trasfuguismo, la improvisación y la imposición de cuestionados personajes ajenos al grupo partidario, pero sobre todo divorciado de la línea ideológica que debe ser el faro guía de todo partido político.
Chehade, sin embargo, quiere pasarse de pillo y lo hace precisamente a puertas de una elección. En un momento clave en el que hay candidatos sin partido y que están liderando las encuestas como George Forsyth y Salvador del Solar. De llegarse a probar la iniciativa, no solo se les cerrará las puertas a estos y otros candidatos sin filiación partidaria, sino que les dará motivo para bailar de gusto a César Acuña, Keiko Fujimori y Verónica Mendoza.