Hoy día, dentro de esta difícil situación de pandemia en que vivimos, es un buen momento para practicar la gratitud. Muchos han perdido su trabajo o algún familiar. Sin embargo, hay muchos otros que aún tenemos trabajo estable, comida, techo y seguimos rodeados de los nuestros.
Cuando expresamos gratitud valoramos todo lo que tenemos a nuestro alrededor, como la naturaleza, las personas o las experiencias. Expresar gratitud es poner atención plena a aquellos detalles del día a día que a muchas otras personas se les escapan.
El Centro de Investigación para el Desarrollo del Mindfulness en la Universidad de California ha demostrado que la gratitud cambia nuestra estructura molecular del cerebro; ayuda a que la materia gris funcione mejor, mejorando nuestra salud física y mental y nos convierte en personas más felices.
A mucha gente le cuesta ser agradecida, primero, porque han normalizado todas las cosas que tienen en la vida y dan por hecho que estas forman parte su vida y dejan de prestarle atención y de darle el valor que en realidad tiene; y, segundo, porque están más enfocados en las cosas negativas de la vida que en las positivas, lo cual lleva al estrés, la ansiedad, la angustia o el malestar.
Ser una persona más agradecida conlleva un entrenamiento para aprender a dar valor a todo lo que tenemos a nuestro alrededor. Además, debemos entender a la gratitud como una filosofía de vida en la que agradecemos diariamente por todo lo que hay a nuestro alrededor, como sucede hoy en día con mucho de lo que tenemos, a pesar de la delicada situación en que vivimos.
Agradezcamos, desde el momento en que abrimos nuestros ojos cada mañana y tomamos conciencia de que estamos vivos, con salud y que comprobamos que tenemos seres queridos a nuestro alrededor. A pesar de que tenemos que dedicar muchas horas al teletrabajo, agradezcamos que lo tenemos. Millones de personas en el mundo lo han perdido.
Agradezcamos a las enfermeras y a los médicos que nos atienden y cuidan, a los que recogen la basura, a los jardineros que cuidan los parques. Hay aún muchas personas en este mundo, y muchos que ya no están, que hacen mucho por nosotros, la ciudad y nuestro país merecen nuestro total agradecimiento y apreciarán mucho que valoremos su servicio y entrega.
Estar agradecido por la vida no requiere de dinero ni de cosas materiales. Una actitud agradecida, sin dudar, se esparcirá como una semilla con el viento. Recuerda, a lo mejor no tienes la vida que soñaste; pero, posiblemente tienes la vida que muchos sueñan.