Un nuevo incendio, de regulares proporciones, ha puesto nuevamente en evidencia las precarias condiciones materiales en que se encuentra el principal mercado de abastos que existe en Piura. La situación actual es de emergencia por lo que se tiene que proyectar la construcción de uno nuevo que revista las principales características de seguridad, higiene, orden y viabilidad. Ya no es posible que se siga manteniendo abierto este gran edificio (de servicios múltiples) que tiene diez lustros de existencia desde que se puso en actividad con el nombre de Mercado Modelo. Ahora solo es modelo de insalubridad, inseguridad y desorden generalizado.
Construido por el entonces Concejo Provincial de Piura, luego de la demolición del viejo mercado de la plaza de Francisco Pizarro, cumplía con los estándares de esa época y brindaba espacio para esta actividad comercial intensa que principalmente debía dedicarse a la venta de alimentos. Con el paso de los años este recinto se fue quedando pequeño para el aumento de las operaciones que allí se realizaron ampliando la finalidad principal con establecimientos internos dedicados a la venta de toda clase de mercaderías. Así comenzó la tugurización y la insuficiencia de los servicios de energía eléctrica, agua y desagüe hasta casi colapsar.
Las distintas administraciones municipales que se sucedieron en la administración de la ciudad adoptaron medidas para ampliar las instalaciones internas, construyendo anexos pero sembrando vendedores ambulantes en los pasillos, veredas, y pistas. Hasta hubo una gestión que resolvió vender el área del bosque (que era un espacio de reserva para futuras ampliaciones) y otra no tuvo mejor idea que utilizar la zona de parqueo de vehículos con puestos comerciales. Estos problemas sociales solo pasan en Piura donde funcionarios y autoridades han manejado la gestión a su libre albedrío de espaldas a lo que se llama planificación. Finalmente hace unos pocos años la Municipalidad de Piura resolvió “lotizar” el espacio interno en favor de los usuarios-inquilinos.
El siniestro que se acaba de registrar es uno más de esta clase de acontecimientos funestos que ha puesto en la primera plana de atención local el peligro latente para la vida y los negocios de los comerciantes y del público que representan estas instalaciones precarias.
