Ignacio Merino, piurano de luz
febrero 1, 2021
Autor: Victor Palacios

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“Todos los árboles de la tierra se concentrarán al cabo en uno, que dará en lo eterno un suavísimo aroma: el árbol del amor, de tan robustas y copiosas ramas, que a su nombre se cobijarán sonrientes y en paz todos los hombres”. Allí en ese árbol está la presencia de uno de los más grandes artistas-pintor, del Perú.

Un 30 de enero de 1817, doña Micaela María Muñoz, trae a la luz a un gran hijo: Ignacio Merino Muñoz. Por razones de trabajo, su esposo don Clemente Merino, juez real, subdelegado y comandante militar del Partido de Piura, se ven obligados a trasladarse a la eterna ciudad del sol, Piura. Y es aquí donde nace quien fuera el fundador de la Escuela Peruana y el primero de los pintores sudamericanos.

Gracias a la solvencia aristocrática de sus padres, Ignacio, a su temprana edad, 10 años, viaja a parís donde realiza sus estudios, retornando al Perú en el año de 1838, para volver a París en 1850. Durante la estadía de 12 años en el Perú pone en práctica su perfecto dominio del dibujo. La influencia del arte clásico, en él, lo conduce a desarrollar sus capacidades innovadoras, de tal manera que es considerado por la crítica especializada como un pintor del neoclasicismo.

Como gran peruano y piurano, nos heredó, ese amor por su patria. En él, estuvo muy arraigado el sentido de pertenencia – identidad, que tanta falta nos hace. En sus visitas a Piura le llamaba la atención, el abandono estético de la ciudad, de tal manera que sugirió y financió para que se construya una pileta que adorne la ciudad, asimismo se evidencia que colaboró para la construcción del puente San Miguel (Puente Viejo).

Su condición humana de benefactor, filántropo y de desprendimiento, lo condujo a heredar a la municipalidad de Lima sus obras y sus recursos económicos. De tal manera que hasta hoy existe la pinacoteca municipal de Lima en su nombre. Si tuviéramos un recurso humano, con vocación estética, de servicio y honesto para gobernar la región y la ciudad de Piura, otra sería la cálida y acogedora ciudad del “eterno calor”.

¿Se acordarán de celebrar su natalicio? Agradezco a los Leones Ignacio Merino Muñoz, de Piura, por celebrar el natalicio de nuestro insigne artista piurano. E invoco a las autoridades, estudiar su vida y seguir el ejemplo de innovador, identidad, filantropía, amor por la belleza de la ciudad, etc. ¿La pileta?, no la vemos. Pero, hagamos un gran parque para los niños de la región. Ignacio Merino lo celebraría. Gracias.

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Victor Palacios
Editor web de El Tiempo y La Hora. Periodista y fundador del equipo digital del diario El Tiempo. Comunicador con experiencia en Marketing Digital, Data Analyst, SEO, Web Design, Email Marketing e Ecommerce.
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