Los hermanos Espino y su confesión sincera, trazaron la ruta de la Fiscalía hasta Palacio de Gobierno para desesperación de Pedro Castillo quien sigue con el cuento de hacernos creer que es la oposición y la prensa los que están detrás de las acusaciones.
¿Acaso ellos firmaron el DU 102-2021 que abrió el torrente de 120 obras públicas a los Chiclayanos, amigos suyos, por 518 millones de soles?
Y por si hay dudas, la ex ministra de Vivienda, Elizabeth Añaños ya echó a Castillo al confirmar que este dio la orden para reunirse clandestinamente con miembros del círculo íntimo del mandatario; y también para exponer detalles de las obras que saldrían en ese paquete de ‘urgencia’ y que terminó por beneficiar a toda la parentela de la esposa de Castillo, Lilia Paredes.
Por eso victimizarse y jurar que tiene las “uñas cortas” y que “jamás robaría” al Estado no es sino una estrategia desesperada para confundir a ciertos peruanos que aun creen que es un “honrado profesor” víctima del bullying político y de la confabulación de la prensa.
¿Los periodistas colocaron los US$ 20 mil en el baño de Palacio… cobraron por ascensos, entre otros delitos más consignados en seis carpetas fiscales?
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