Mientras muchos peruanos están ensimismados cobrando bonos e intentando esquivar las esporas del coronavirus con mascarillas bamba, el nuevo Congreso busca protagonismo y popularidad aprobando una ley que formaliza el servicio de taxicolectivo.
Un viejo y álgido servicio que en Piura ya se había anulado por ser informal, caótico y representar ahora un peligro para la salud.
Desconcierta que los parlamentarios, con decisiones así, sigan favoreciendo a la informalidad en las provincias. Una de ellas Piura, donde costó decenas de reuniones, pugilatos y cólicos biliares a las autoridades y dirigentes eliminar este servicio y que hoy puede volver a instalarse desbaratando todo intento de ordenar y hacer más seguro el transporte público.
¿Será que para este Congreso, las provincias siguen siendo ‘pueblitos’ sin derecho al orden y la modernidad? ¿Por qué excluyeron a Lima y Callao del taxicolectivo?
La norma, vista desde la visión urbanística y de ordenamiento del transporte, es un retroceso a la transformación y modernización del transporte.
Esta no ayuda, por el contrario, condena al caos a las ciudades. Piura tiene bastante experiencia en ello.