Ser electo congresista es como sacarse la lotería. Además de un buen sueldo, viajes y bonificaciones, tienen un sin número de otros beneficios (sin contar el de lobistas) como disponer de vehículos y estacionamientos privados como el que quedó al descubierto hace algunos meses, y ahora hasta podrán recibir atención médica privilegiada en su propio centro de salud, cuyo proyecto fue aprobado el último 9 de enero, por un valor de 650 mil soles.
Lo más irónico es escuchar al propio presidente del parlamento, José Williams, justificar la construcción de ese nosocomio porque el tráfico en el centro de Lima es difícil para trasladarse hasta un hospital o clínica, además estará cerca a sus oficinas y trabajos, con lo cual tendrán facilidad para ser atendidos.
Para miles de peruanos que deben pernoctar en las puertas de los hospitales; que recorrer cientos de kilómetros para llegar a un centro de salud o que no pueden solicitar una cita médica porque deben trabajar y no les dan permiso, seguramente sonará a burla estos “pequeños” privilegios que se dan los padres de la patria en tiempos en que la salud en el Perú es un desastre.