Preocupa ver que pese al alto riesgo de contagio que muestra el coronavirus, muchos soldados y policías estén pidiendo documentos y manipulándolos sin protección alguna. ¿Acaso son inmunes al Covid-19? ¿Cuántos documentos agarran en el día? ¿No será que en esta suerte de pedir DNI para mirarlos con detenimiento, se vaya el virus y termine contagiándolo a él y al intervenido?
En las farmacias pasa lo mismo. Ciertos trabajadores reciben dinero, intercambian recetas, conversan con el cliente, pero no todos llevan mascarilla ni guantes que los protejan. En las bodegas y supermercados igual; los clientes y vendedores se interrelacionan y manipulan artículos, pero sin protección alguna, confiados en que la empresa sigue los protocolos de limpieza necesarios.
En todos estos casos, lo que debe primar es la desconfianza. Desconfiar en que las superficies estén libres del virus; desconfiar de los documentos, incluso hasta de los alimentos de los supermercados, los cuales deben lavarse antes de consumirlos. El coronavirus tiene alta resistencia y puede permanecer hasta cinco días en superficies como plástico, maderas, vidrios y aluminio.