Vergüenza y frustración es lo que hoy deben sentir algunos piuranos al ver las puertas de una institución tan importante como el Gore, invadidas de patrulleros con luces parpadeantes y un gran despliegue de policías y fiscales allanando oficinas y deteniendo a funcionarios por ser sospechosos de actos de corrupción.
¿En qué momento esta institución, que debe estar abocada a la disminución de la pobreza; a la ejecución de obras públicas que dé calidad de vida a los piuranos o preocupada por la infraestructura pública en general, cayó en desgracia? No es la primera vez que se denuncian hechos irregulares. Solo para recordar está el escándalo de las mascarillas, la intención de comprar respiradores sobrevalorados, el oxígeno… etc.
No es de extrañar que si Contraloría o Fiscalía escarbaran un poquito más en los expedientes y los actos de ciertos funcionarios, podría toparse con muchas más sorpresas que solo las millonarias cartas fianzas falsas. El otro detalle es que, es seguro, los de ‘abajo’ serán los culpables. Solo el hecho de aceptar cartas fianzas falsas es un escándalo que, creemos, es difícil estén solo involucrados funcionarios de nivel medio.