Las pérdidas que están dejando en la región los actos de corrupción son significativos y hubiera alcanzado -si se pudiera reunir todo ese dinero, calculado en 1 mil 039 millones de soles-, para construir dos hospitales de alta complejidad, estimados en 500 millones cada uno.
Eso es lo que calcula la Contraloría de Piura en pérdidas por actos de corrupción en el 2019.
¿Y para el 2020? Esta será otra historia que seguramente Contraloría dará a conocer en su momento y que podría superar con creces al 2019, pues solo en lo que va de la cuarentena ya llevan cientos de denuncias, muchas de ellas por sobrevaloración de compras de emergencia; en otros casos pagos injustificados; compras de productos que no reúnen las condiciones que se exigieron, entre otras pillerías que ojalá delaten a tiempo a los responsables.
Lo indignante es que los políticos que ganaron por elección la administración de un municipio o un gobierno regional, están rodeados de granujas que piensan que se ganaron la lotería y que las arcas de las instituciones públicas son el premio a repartirse aún a costa de poner en riesgo el desarrollo de la región, la salud y la vida de los propios ciudadanos.