En esta pandemia hemos escuchado hablar de mujeres líderes en Alemania, Nueva Zelanda, Finlandia, que como gobernantes gestionaron bien la pandemia. En nuestro país, muchas mujeres, sin tener un cargo público, sacan adelante a sus familias, a la región y al Perú, y es lo que debemos celebrar en el Día Internacional de la Mujer.
A lo largo de nuestra historia, muchas mujeres ya han experimentado crisis antes, como guerras, epidemias o desastres naturales, circunstancias bien conocidas en nuestra región. Y en esta pandemia tienen un rol principal, por su trabajo en el sostenimiento del hogar y en la primera línea de batalla y en otros roles de apoyo en el manejo de la emergencia sanitaria.
La población femenina supera los 8.5 millones en nuestro país, en el rango de edad de 18 a 70 años; 78% son gestoras de su hogar, 76% son madres; 68% trabajan, lo que destaca la labor múltiple que desempeña la mujer peruana en el país. Las mujeres valoran tener una vivienda propia, lograr independencia económica, tener trabajo y una carrera profesional, iniciar un emprendimiento, formar una familia (Ipsos, 2019).
En Piura, se registran 371.066 (56%) mujeres ocupadas, lo que representa el 55% de la población total. De ellas el 44,8% son trabajadoras independientes, es decir, crean su propio empleo; el 31,8% son asalariadas (empleadas y obreras), el 4,7% son trabajadoras del hogar y el 1,4% son empleadoras (INEI).
También afrontan dificultades y desafíos: son quienes más han sufrido la pérdida de puestos laborales; asimismo, el porcentaje de hogares monoparentales en el Perú es muy alto, 1 de cada 4 hogares (Grade), y se han empobrecido de una forma acelerada. Hace falta cambiar su situación de informalidad, de desigualdad en relación al trabajo y al salario, promover el desarrollo empresarial con igualdad de género e impulsar su capacitación y participación en más espacios.
El rol de las mujeres ayudando a levantar la economía, la unidad, la esperanza de sus familias, se basa en sus características: su gran determinación, sensibilidad, capacidad de cuidado, de escucha, empatía, resiliencia y de fe; enfocadas en los bienes más esenciales como la salud, educación y preocupación por los más vulnerables. La mujer tiene rasgos distintivos de los líderes, sabe ganarse el respeto de los demás, marca el camino y sabe ponerse al servicio de las personas.
Las mujeres son la fuerza y el motor que sostiene nuestra vida cotidiana en la familia, pero también en lo público aportando al desarrollo de nuestro país. ¡Viva la mujer peruana! ¡Viva la mujer norteña!