Hace casi 200 años, don José de San Martín proclamó la Independencia del Perú con estas palabras: “El Perú es desde este momento libre e independiente, por la voluntad…”. Estamos a punto de iniciar el 2021, en el que celebraremos esta importante efeméride, tras un año peculiar en el que el mundo en general ha padecido (aún lo hace) una terrible crisis sanitaria..
El 2020 ha sido también un año de duras crisis simultáneas en nuestro país: económicas, políticas, sociales, sanitarias, educativas, etc. Por ello, la llegada del año del Bicentenario es una buena ocasión para reflexionar sobre el país que queremos construir, para trabajar por ello.
Queremos un país más libre. Sí, libre de enfermedades, de pobreza, de problemas económicos; libre de analfabetismo, de pandemias; pero, también, un país libre de corrupción, de violencia de todo tipo, de indiferencia, de mentiras…
Es larga la lista de cosas, lastres, problemas o necesidades de los que queremos ser libres: de injusticias, de intolerancia (a las ideas, opiniones, puntos de vista de los demás, etc.; sin embargo, lo más importante es preguntarnos; ¿qué puedo hacer yo, desde el rol que me corresponde, en mi familia y la sociedad, para hacer de mi Perú un país cada vez más libre?
El Año del Bicentenario es el tiempo ideal para que comencemos a trabajar por aquello que queremos construir, ¿cómo? Empecemos por fomentar valores (con el ejemplo) en nuestro hogar, entre nuestros amigos y compañeros de trabajo. Y, podemos seguir, eligiendo responsablemente a las próximas autoridades presidenciales y congresales (voto informado, objetivo, pensando en el bien común, sin odios ni intereses personales o partidarios; y, también, reflexionando, por ejemplo, sobre ¿qué puedo hacer para ayudar a los demás? La solidaridad no puede estar excluida de nuestras acciones.
Cara al 2021, y con las elecciones generales tan cerca, corresponde a cada uno de nosotros, a todos los ciudadanos, hacer lo que esté a nuestro alcance para (entre las diversas listas congresales y los más de 20 candidatos presidenciales) encontremos a los mejores (en lo profesional y personal), con más experiencia, mejores propuestas viables y con mayor y probada vocación de servicio. Tenemos poco tiempo.
¿Feliz año 2021? Sí; pero con metas y planes para construir un mejor lugar para vivir, en el que la verdad, la paz, la justicia y el bien común primen; así como el bienestar de las personas, especialmente de las de escasos recursos económicos. Pongamos las bases para que esto suceda. ¡Un país más libre que nunca y un feliz 2021 para todos!.