Es insoslayable que el Perú se juega uno de los partidos más transcendentales de su historia: elegir a un presidente y a un Congreso de la República con la capacidad y experiencia suficiente como para hacer frente a dos monstruos que hoy nos amenazan: la pandemia y la contracción económica. De estos derivan otros males como el desempleo y la baja recaudación.
Los peruanos ya no estamos para elegir al que mejor habla o al que es más feroz y confrontacional en la campaña. Debemos evaluar a quienes tienen las mejores propuestas y el equipo de profesionales que lo ayudarán. La responsabilidad ciudadana es vital y no debemos eximirnos de ella, a pesar de todos los errores y sinsabores que nos hayan dejado los políticos en las últimas décadas.
Igual, habrá que estar atentos para no dejarnos embaucar con promesas de repartir dinero (de dónde; de reducir impuestos o distribuir los fondos pensionarios. También debemos estar preparados para la decepción; pues el poder que se le otorga al presidente limitado y aún subsiste el riesgo que el nuevo Congreso y el Ejecutivo no tengan un buen entendimiento y se repita la oposición dañina de los anteriores congresos.
¿A qué sectores se destinará más dinero según el presupuesto para el 2025?
El presupuesto para el año fiscal 2025 ha sido aprobado con un enfoque en áreas clave...