Muy a menudo, y dentro de la sana competencia entre instituciones universitarias, hay una pregunta que constantemente se repite: ¿qué Universidad es la que otorga el mejor perfil profesional para el estudiante? Y sin duda alguna cada quien tendrá sus preferencias al respecto y el corazoncito seguramente inclinará la respuesta.
Tiempos como los actuales, en que por doquier pulula la corrupción como el mal más complejo de la sociedad, nos obligan a repensar el panorama de la formación universitaria, ya que la corrupción no entiende de nombres de universidades en la medida que la corrupción está en todas partes. Los que llevamos ya algún tiempo en la docencia universitaria estamos convencidos que la manera más efectiva para enfrentar la corrupción, es a través del reforzamiento de las habilidades blandas que todos poseemos, pero no meramente desde el aspecto teórico sino más bien desde la formación práctica.
Recuerdo mucho como estudiante universitario que el curso de Ética era uno de los menos disfrutados y no por culpa del docente, sino porque la teorización de los valores estudiados en la ética, no nos llevan a ningún lado si es que no los practicamos y los entendemos correctamente. Y eso es algo fundamental en el aprendizaje universitario en donde más allá de los cursos de especialidad las universidades deben preocuparse de mejor manera en difundir la práctica de las habilidades blandas como instrumento combativo de la corrupción. Por eso siempre sostenemos que no hay buen profesional sino es primero buena persona y es allí a donde debemos apuntar para mejorar nuestra sociedad.
El respeto por los valores, la empatía, la solidaridad, el trabajo en equipo, la integridad, la cooperación mutua, la tolerancia, la aceptación de nuestros errores entre otros, debidamente fortalecidos en las aulas universitarias permitirán cambiar la sociedad e ir reduciendo el espacio de expansión de esa corrupción que como lo decían los NSQ…está en todos lados.
La corrupción no está en tal o cual profesión, por eso combatirla desde la formación universitaria es el inicio del camino para hacer las cosas correctamente. ¡Aún es tiempo!